Por qué el queso es el mejor compañero de mesa: el arte de maridar con sabor y equilibrio

El queso no es solo un alimento: es una experiencia. Su versatilidad, textura y complejidad de sabores lo han convertido en el ingrediente estrella para maridar con vinos, panes, frutas, salsas o conservas. En cada combinación, el queso actúa como un puente entre contrastes, potenciando matices y generando armonías únicas en el paladar.

Cada tipo de queso tiene su personalidad —intensa, suave, cremosa o curada—, lo que permite crear infinitas combinaciones gastronómicas. Los maridajes con queso no solo equilibran sabores, sino que realzan los aromas y la textura de los productos que lo acompañan, logrando una experiencia sensorial más rica y completa.

“Maridar con queso es una forma de celebrar el sabor en su estado más auténtico. Es el punto de unión entre tradición y creatividad, un lenguaje universal que transforma cualquier momento en una experiencia gourmet. Y, además, si hablamos de Canarias tenemos los mejores de los dos productos”, explica Javier Ortiz, portavoz de Orthidal.

En la actualidad, el interés por el maridaje con queso está en auge, impulsado por la búsqueda de experiencias culinarias genuinas y sostenibles. Su origen artesanal, su valor nutricional y su capacidad de adaptarse a diferentes estilos de cocina lo consolidan como el aliado perfecto para productos locales y marcas que apuestan por la calidad.

Desde los quesos semicurados que resaltan la frescura de un vino blanco o una mermelada de frutas, hasta los curados que realzan los sabores más intensos de carnes o salsas, el queso se convierte en un hilo conductor del buen gusto y la autenticidad.

Maridar con queso no es solo una tendencia: es un homenaje a la tierra, al producto y al arte de disfrutar.